miércoles, 7 de abril de 2010

DE AURAS Y ENVOLTORIOS


Porque el aura esta ligada a su aquí y ahora, del aura no hay copia (Walter Benjamin).

Me considero una buena catadora de auras, aunque no creo que esa especie de experiencia mística en que consiste su disfrute sea irrepetible ni lejana. Además tampoco creo que del aura no se puedan hacer copias, reivindico aquí la dignidad cultual del "envoltorio". Dice el crítico de arte americano Harold Rosenberg en su libro "Obras de arte y envoltorios", que la creación típica (archetypal) de los media es el envoltorio, contenga corn-flakes, motores de coches o cuadros de Pollock. El envoltorio (libro, catálogo, documento...) es el medio idóneo para que el arte y el público, incluídos intelectuales y artistas, se encuentren y retroalimenten el uno al otro. Así pues, si lo que queda del arte es el catálogo, la reproducción, el documento, o su copia legalizada o no, el aura se cuela a través de ellos. Tomemos la famosa foto de Ives Klein saltando al vacío en una calle de París (este ejémplo es paradigmático porque la foto fué pensada para ser reproducida), al mirarla siento como su aura resplandece y el mito se agiganta; esto es así porque lo verdaderamente importante es la imagen, trucada por cierto, no si el acto tuvo lugar o no. Según Benjamin, el aura habría desaparecido en el instante mismo de producirse el hecho que la foto inmortaliza; mala suerte si no se pasó por allí en ese momento, porque el aura se esfumó y es irrecuperable.
Sin embargo, cuando veo La Mona Lisa en las páginas de un buén catálogo, siento el mismo escalofrío que si hubiese esperado horas en una cola para contemplarla. Pero ¡AY! entonces pienso en "La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica" y me siento parte de esa masa trituradora de auras.

Recuerdo el día que viajé a Filadelfia sólo para ver El Gran Vidrio de Duchamp. La emoción me embargaba al entrar en el museo, subí las escaleras como si fuese a encontrarme con Dios; y cuando por fin estuve delante del divino icono, ¡¡OH DESILUSIÓN!!, el artefacto era mucho más pequeño, liviano, femenino, frágil, de lo que lo había imaginado. El aura de la "Máquina Soltera" más influyente y famosa del mundo, sobre la que se habían escrito ríos de tinta, había caído hecha añícos ante mis incrédulos ojos, y tuvieron que pasar algunos años antes de que el mito volviese a ocupar, en mi imaginación, el añorado pedestal.
Tengo muy claro a lo que aspiro como artista; me conformo con encontrar una imagen propia que acabe convirtiéndose en icono, un fetiche que desprenda aura allí donde se reproduzca, aunque espero que no sea en una taza ni en un calzonzillo.

P.S. Me hubiese gustado ilustrar esta "Entrada" con la foto de Ives Klein de la que hablo, pero temo a la terrible SGAE, que anda siempre al acecho para clavarnos sus garras, así que utilizaré un sucedáneo de mi cosecha. ¡Ojo con las imágenes que publicáis en vuestros blogs! Vale.

7 comentarios:

  1. Hola Carmen. Me viene a la cabeza la importancia que, para todo el que se plantee trabajar en comunicación, tiene el “sindrome de la Gradiva”, (que Freud calificó de complejo.) El artista que, buscando a su interlocutor, se condena a la búsqueda de lo inalcanzable.
    (Dime si no lo recuerdas y te lo refresco)

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  2. Hola Miguel, claro que conozco el ensayo de Freud y la importancia que tuvo para artistas como Dalí, Hitchcock o De Chirico, todos ellos artistas “complejos”. Dalí dedica a Gala sus memorias (Vida Secreta) y la llama “Gala-Gradiva, celle qui avance”. En fin, ya se que lo del “icono” es una quimera absurda porque el ser o no ser de una imagen y su fijación en el imaginario colectivo no depende en ningún caso del artista que la crea, pero me encanta eso de ser perseguidora (poco entusiasta) de quimeras y defensora (ferviente) de paradojas. También me encanta que estemos en contacto. Karkamara.

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  3. Hola Carmen. Otra cosa que me viene a la cabeza: Jean Claude Carrière escribió un texto relativo a la geografía neuronal de nuestro cerebro; se refería al hecho fisiológico de que el lenguaje escrito y hablado se sitúe en su parte izquierda y la imagen (¿y la imaginación?) en el derecho.
    Y decía: "En una película hay imágenes que son secretos, que son códigos. Pero al visionar ésa película, no tenemos tiempo de pararnos a pensar en los secretos, aunque después de acabar la proyección, algunas imágenes se quedan en nuestra memoria y no se pueden olvidar. Son imágenes clave, que son más complejas que una imagen narrativa, banal, vulgar, común.
    La tarea del guionista consiste en buscar ésas imágenes."
    Tú misma habrás podido comprobar como, irremediablemente, hay imágenes que vampirizan toda una película, que incluso desvirtúan o contradicen el sentido que pretendió su autor.

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  4. Voy a pensar en esas imágenes que dices...pero me gustaría que me dieses algún ejemplo. Supongo que habrás incluído (¿conscientemente?) bastantes "secretos" en tus películas, dime en cuales (¿todas?) para tratar de encontrarlos.

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  5. El poder de esas “imágenes clave” a las que se refiere Carrière estriba en que la mayoría de las veces es ajeno a la voluntad de su creador. Emergen agresiva, volcánicamente, en algún lugar, quizá recóndito, de la trama, se adueñan de ella y se fijan como garrapatas en el cerebro del receptor.
    Por eso Carrière nos aconseja, a los que tratamos de escribir para cine, que intentemos localizar, intuir, vislumbrar esas juguetonas, maleducadas, ácratas imágenes, que luego van a adquirir tan inmenso poder sobre la historia a contar. Aparte de que en una película la “Imagen” no es solamente plástica; su fisonomía está compuesta por luz, figuras, ambientes, diálogos, música y por el pasado y las expectativas de la narración.
    Por ejemplo: no todo el mundo recuerda la trama principal de “Casablanca”; pero la imagen del pianista negro e Ingrid Bergman, y el acorde que introdujo Max Steiner con la aparición de Bogart, es ya inolvidable.

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  6. La bola de cristal con nieve y el trineo... ROSEBUD y XANADÚ...los pies de Harry Lime, su sombra por las calles de Viena, el gato, la noria del Prater , la frase del reloj de cuco......el Monolito, el “Así habló Zarathustra” de Strauss.... el primer plano de M.McDowell, la estética pop del “Milk Bar”, la Novena Sinfonía, Ligeti, Berlioz, el Hotel OVERLOOK, el ojo cortado y el burro muerto del Perro Andaluz, los corderos de la Vía Láctea, el desagüe de Psicosis y la banda s. de B. Herrmann, la “frase” de Casablanca, el “patio” de la Ventana Indiscreta, el vestido verde de Kim Novak en el restaurante, el puente de San Francisco..desde luego una película es un laberinto, algo dificilísimo de articular, una vida entera....no desfallezcas...

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  7. Los corderos del Ángel Exterminador.Vale.

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