domingo, 18 de abril de 2010

MELANCOLÍA




Cuando nuestros pacientes huesos hayan conseguido deshacerse de la pesada carga de grasa y agua- carga que han soportado durante décadas- y de los kilómetros de tejido viscoso que constituye nuestras vísceras, quedarán por siempre libres e iguales. Nada restará del individuo único e irrepetible más que esa cosa tan científica y microscópica llamada ADN; dificilmente se distinguirán unos esqueletos de otros, salvo por los huecos de las calaveras.

La calavera de la bisabuela tiene unos huesos muy armónicos y una dentadura sin tacha, inspira mucho desde su sitio en el escritorio, no trae consigo ningún pensamiento macabro. Sin embargo, las cenizas del tío sobre la chimenea resultan espeluznantes. Es porque la calavera es algo y las cenizas nada, y la nada es mucho más terrorífica que cualquier espanto salido de nuestra imaginación.

2 comentarios:

  1. Me gusta tu cuadro - que no recordaba - y me gusta mucho tu reflexión. ¡Te seguiré leyendo!
    Un beso

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  2. El cuadro no lo conocías porque lo pinté después de la última exposición. Representa al pintor manierista Parmigianino (1503-1540) en su gabinete.Su "Autorretrato en un espejo convexo" siempre me ha inspirado.Gracias por leer estas "cosillas" mías, me ayuda a seguir escribiendo...

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